El autoconsumo solar fotovoltaico hace referencia a la producción de electricidad a partir de la energía solar fotovoltaica. Por lo tanto, consiste en aprovechar los rayos del sol para generar, de manera individual o colectiva, electricidad de origen 100 % renovable.
El autoconsumo permite a cualquier persona o empresa producir y consumir su propia energía.
Con el autoconsumo aparecen las figuras del productor y del consumidor y nace el concepto de prosumer o productor consumidor, una figura que se suma a los agentes del mercado eléctrico.
El autoconsumo ofrece ventajas más que evidentes. Algunas de ellas son:
A pesar de todas estas ventajas, el autoconsumo también presenta algunos desafíos.
La Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del Sector Eléctrico define, en su artículo 9, el autoconsumo eléctrico y las distintas modalidades permitidas.
No obstante, aunque en el año 2015 se aprobó el Real Decreto-ley 15/2018, del 5 de octubre, que recoge medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores, las condiciones administrativas, técnicas y económicas de energía eléctrica se modificaron con la aprobación del Real Decreto 244/2019, del 5 de abril.
Esta normativa reduce los trámites administrativos y técnicos, aumenta las modalidades permitidas, regula la compensación de excedentes y el autoconsumo colectivo, posibilita el alquiler de tejados y/o cubiertas para terceros y elimina el límite de potencia y los cargos y peajes, por lo que desaparece el denominado Impuesto del Sol.
Asimismo, las instalaciones aisladas, explicadas más adelante, al no integrarse en el sistema eléctrico, no se rigen por esta normativa. Por otro lado, las instalaciones desconectadas de la red eléctrica mediante interruptores o equivalentes sí que se rigen por el RD, ya que no se las considera instalaciones aisladas.
1. Conectada
Consiste en una instalación de autoconsumo conectada a la red eléctrica. Por ello, permite comprar energía cuando las placas solares no están produciendo y almacenar, en una batería, la excedentaria para utilizarla en otros momentos que sea necesaria, como por la noche o en días nublados.
Dentro del autoconsumo conectado a la red podemos diferenciar dos modalidades dependiendo del destino de la energía no consumida:
a) Con excedentes: permite inyectar la energía excedentaria, es decir, la que no hayas consumido, en la red de transporte y distribución, a través del inversor, por medio de lo que denominamos balance neto.
b) Sin excedentes: dispone de un sistema antivertido o de inyección 0 que impide la inyección de la energía excedentaria en la red de transporte y distribución.
Dentro de las instalaciones conectadas a la red, existen otros dos tipos:
2. Aislada
Consiste en una instalación de autoconsumo no conectada a la red eléctrica, es decir, no dispones de contrato de suministro con ninguna comercializadora, por lo que solamente se puede consumir la propia energía producida.
En caso de ser excedentaria, es posible almacenarla en una batería para utilizarla en otros momentos que sea necesaria como, por ejemplo, durante la noche o en días nublados. Por ello, si no se dispone de una batería y las placas solares no produjesen suficiente energía, no se tendría energía eléctrica.
De hecho, muchas veces las baterías no son suficientes, por lo que se recomienda disponer de un generador para evitar la falta de energía.
Las instalaciones aisladas solamente se recomiendan para aquellas zonas en las que no existe, es muy difícil o requiere un alto coste conectarse a la red.
Además de estas dos grandes clasificaciones, existe la instalación conmutada, que es un sistema que está conectado a la red eléctrica, pero puede funcionar también como aislada. Dispone de un conmutador que, en caso de caerse la red eléctrica, se pone a funcionar como una instalación aislada con baterías.
Adicionalmente, las instalaciones de autoconsumo pueden clasificarse según las personas que estén asociadas a la instalación de generación.
a) Individual: cuando la instalación de autoconsumo genera energía para una sola propiedad.
b) Colectivo o compartido: cuando la instalación de autoconsumo genera energía para varias propiedades. Es decir, la energía generada se comparte. Es el que se hace en las comunidades energéticas.
Además de estos dos, existe el autoconsumo mixto, que es aquel en el que varias personas comparten una instalación, la cual genera la energía necesaria para cada uno de ellos, convirtiéndose en tipo individual compartido.
No obstante, en ningún caso una persona podrá estar asociada de forma simultánea a más de una de estas modalidades de autoconsumo, las cuales, a su vez, se pueden clasificar en autoconsumo doméstico o residencial si se realiza en una vivienda unifamiliar, en un chalé o en una comunidad de vecinos o bien, industrial, si se realiza en una empresa, tanto en la cubierta (tejado) como en el suelo.
No obstante, también es posible instalarlas en vehículos como autocaravanas, aviones, bicicletas o barcos o incluso, en dispositivos móviles. No obstante, en este artículo vamos a centrarnos en las opciones más comunes.
En el siguiente esquema se recogen resumidas las diferentes modalidades de autoconsumo, en combinación con las diferentes posibilidades que permite el RD 244/2019.
El autoconsumo más habitual es el conectado a la red con compensación de excedentes para consumo individual en una vivienda unifamiliar. Asimismo, todos ellos tienen grandes ventajas que es importante conocer.
Una instalación de autoconsumo fotovoltaico está formada por:
Asimismo, hay ciertos componentes que solamente se utilizan en instalaciones concretas:
Cuando la luz del sol, en forma de fotones, incide sobre las células fotovoltaicas de las placas solares, estas liberan electrones, generando una corriente eléctrica, gracias al llamado efecto fotovoltaico. La corriente generada es continua y fluye por las células a través de los conductores hasta llegar al inversor, el cual está conectado al cuadro eléctrico, que la transforma en corriente alterna apta para el consumo.
Si la instalación es aislada, la energía continua pasa al regulador de carga y, si existen necesidades energéticas, se dirige al inversor.
Si tus placas solares no producen suficiente energía, puedes utilizar un generador, en caso de una instalación aislada, o comprarla a la red eléctrica, si es una instalación conectada.
En cambio, si produces más energía de la que consumes, puedes almacenarla en una batería para utilizarla en otros momentos que sea necesario. Además, si tu instalación está conectada y es con excedentes, puedes también inyectarla a la red eléctrica. En este caso, si estás acogido a compensación, tu comercializadora te abonará por cada kWh cedido, hasta un tope máximo para que tu factura no sea negativa. No obstante, si no estás acogido a compensación, la energía se inyectará a la red, pero no obtendrás un descuento en tu factura.
Por el contrario, si tu instalación es sin excedentes, se impedirá el vertido de energía a la red eléctrica, debido al dispositivo de inyección 0 o antivertido.
Tanto la energía generada como la consumida, en el caso de las instalaciones conectadas, la mide un contador inteligente, que registra el consumo de cada hora y se lo pasa al inversor, donde su sistema de monitorización envía estos datos a una aplicación móvil o página web para controlar y visualizar lo que generas y consumes de forma remota y, por lo tanto, disponer de información sobre el rendimiento de la instalación y los hábitos de consumo.
Gracias a la instalación de autoconsumo fotovoltaico, tu vivienda, edificio o empresa hará uso de la energía producida.
Paso 0: Necesidad
El autoconsumo comienza por una necesidad. Ya sea la de ahorrar, la de cuidar el medioambiente o ambas. No obstante, antes de embarcarte en esta decisión, debes estar 100 % seguro y tener en cuenta todo lo que supone esta inversión.
En este punto es donde, si se trata de una instalación compartida o colectiva, debe haber la aprobación de un tercio de los propietarios y registrarlo en acta el acuerdo firmado.
Paso 1: Tipo de instalación
Cuando tengas decidido que vas a tomar el paso, debes determinar donde quieres colocar tu instalación de autoconsumo, qué tipo de instalación deseas y a qué modalidad quieres acogerte, ya que de estas decisiones dependerán los requisitos tanto técnicos como legales.
Si no tienes claro estas decisiones, no te preocupes. En los siguientes pasos los profesionales del sector te ayudarán a tomarlas.
Paso 2: Buscar profesionales
El siguiente paso es acudir a una empresa instaladora autorizada que cuente con el Certificado de Instalación Eléctrica.
Si la instalación es con una potencia inferior a 10 kW, la empresa debe estar inscrita en el Registro Integral Industrial conforme el Reglamento Eléctrico de Baja Tensión. En cambio, si es una instalación de potencia superior o igual a 10 kW, debe estar inscrita en la categoría de especialista.
Independientemente, este profesional te orientará, asesorará y ayudará con todos los trámites y llevará a cabo la instalación de autoconsumo.
Lo ideal es solicitar presupuesto a varias empresas con reputación y experiencia. De hecho, puedes solicitar información a tu comercializadora, ya que muchas ofrecen este servicio.
Para poder comparar precios y servicios antes de tomar una decisión, puedes solicitar presupuesto a cada una de las empresas elegidas. Para ello, tus facturas de la luz de los últimos 12 meses para determinar tus consumos y hábitos, el tipo de conexión (monofásica y trifásica), el CUPS y la ubicación donde deseas instalar las placas, así como una fotografía del área, si dispones de ella.
Paso 3: Memoria o proyecto técnico
Con toda esta información, cada una de las empresas a las que has solicitado presupuesto te presentará una memoria técnica, en el caso de que tu instalación sea en baja tensión y con potencia inferior a 10 kW, o un proyecto técnico si se trata de una instalación superior a 10 kW, pero inferior a 100 kW, aunque sea en baja tensión. Si es una instalación en alta tensión te facilitarán ambos documentos.
En estos se muestra un estudio energético totalmente personalizado y un análisis de viabilidad para determinar qué cantidad de energía consumes, cuantas placas solares necesitas para satisfacer esa demanda y si tu ubicación es apta para ello con el fin de estimar el coste de la inversión y el ahorro previsto.
En el estudio energético se estudiará tu consumo habitual para dimensionar correctamente la instalación. Para ello, se mostrará un análisis energético mensual y anual y la curva de consumo, teniendo en cuenta el patrón de consumo de los últimos años, los días laborables y el fin de semana, y la potencia (kWp) y producción anual que se obtendría (kWh) con la instalación, considerando el mínimo excedente posible. Además, se tendrán en cuenta otros aspectos, como todo aquello que deseas satisfacer con energía solar fotovoltaica, como por ejemplo un vehículo eléctrico o un sistema de aerotermia.
Por otro lado, en el análisis de la viabilidad se tendrá en cuenta la localidad, el entorno y la legislación de este, la fauna y la flora y el contexto medioambiental, las condiciones climatológicas, el número de placas solares y el espacio disponible y, por lo tanto, donde se colocarán (cubierta o suelo), las características y el estado, la orientación e inclinación y las sombras que puedan aparecer.
Además, si se trata de una instalación conectada a la red, como es en la mayoría de los casos, se tendrá que asegurar que el sistema de interconexión cumpla con los códigos eléctricos y de construcción locales. Y, si se trata de autoconsumo colectivo o compartido, el cálculo deberá realizarse con las curvas de consumo de todas las viviendas implicadas y teniendo en cuenta las necesidades energéticas de cada una. Asimismo, se deberá tener en cuenta el espacio disponible en la azotea.
Con toda esta información, te mostrarán el diseño óptimo de la instalación y su coste estimado, así como el periodo de amortización.
Estos documentos, al acabar la instalación, se registrarán en la Consejería de Industria o Energía.
Paso 4: Visita técnica y documentación
Una vez recibidos todos los presupuestos, debes decidir con qué empresa llevar a cabo la instalación. Cuando lo tengas decidido, esta realizará una visita técnica para comprobar que lo indicado en la memoria o proyecto técnico es correcto y, además, revisará los siguientes aspectos:
En este momento, también puedes aprovechar para preguntar todas las dudas que tengas.
De todos modos, con esta información, la empresa te facilitará el coste definitivo y firmaréis el contrato.
Asimismo, te pedirá tu NIF o CIF y una autorización de representación para poder realizar trámites en tu nombre para poder empezar la instalación. Todo este proceso suele tardar entre 2 y 3 semanas y, desde que se acepta al presupuesto hasta que se comienza la instalación, 1 semana.
A partir de aquí, la empresa se pondrá a trabajar para iniciar los trámites de autorización de la instalación.
Paso 5: Solicitar permisos
Con la aprobación del RD 244/2019, se reguló la tramitación administrativa para legalizar las instalaciones de autoconsumo.
Este procedimiento suele ser llevado a cabo por empresas instaladoras. No obstante, como consumidor es importante que conozcas cuáles son los pasos para que de esta forma la instalación fotovoltaica sea totalmente legal y evitar posibles sanciones administrativas.
A continuación, se resumen los trámites más significativos que deben realizarse en las instalaciones de autoconsumo ante las administraciones y compañías distribuidoras y/o comercializadoras.
No obstante, ten en cuenta que estos varían en función del tipo de instalación y de la potencia contratada.
Paso 6: Recepción de los materiales y ejecución de la instalación
Una vez realizados todos los tramites, que normalmente implican entre 3 y 6 meses, solamente quedará recibir los materiales en la ubicación correspondiente y que la empresa instaladora inicie el proceso de montaje según lo planeado.
El reglamento establece distintos criterios dependiendo de si la instalación es en alta o en baja tensión. Las instalaciones en hogares particulares, que son las más comunes, son en baja tensión, por lo que deben ejecutarse según el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión y cumplir con todos los criterios.
En cuanto a la instalación, primeramente, se monta la estructura de soporte, se colocan los vierteaguas inferiores y laterales, se coloca la membrana aislante o el sistema de impermeabilización, se colocan las fijaciones y los rieles y, por último, se colocan y se fijan las placas solares. Tras esto, se realiza la interconexión de las placas al inversor, el cual estará situado en el punto más cercano al centro de carga del edificio o vivienda.
Finalmente, si se trata de una instalación conectada, se conecta el inversor al cuadro eléctrico mediante cableado interior y se instala el medidor de consumo y, si es aislada, se instala la batería.
Hecho esto, se actualiza el firmware y se configura el inversor para la puesta en marcha.
Por último, se colocan los sistemas de seguridad, protección y aislado.
Ten en cuenta que, los únicos pasos donde normalmente se requerirá una decisión por tu parte, son el sitio donde colocar el inversor y donde pasar los cables hacia este. Del resto se encargará la empresa instaladora.
Al finalizar la instalación, el técnico te explicará cómo funciona el sistema y te instalará la aplicación correspondiente para que tú mismo puedas ver cuánta energía estás produciendo y consumiendo en tiempo real y adaptar el consumo a tus necesidades. No obstante, si no dispones de instalación, esto también puede verlo a través del inversor.
Si las condiciones climatológicas lo permiten, en 1 y 2 días, en el caso de una instalación residencial o hasta 10 días, si es una de tamaño medio, ya tendrás tu instalación de autoconsumo y podrás empezar a generar tu propia energía.
Paso 7: Registrar y legalizar la instalación
Solicitar permisos, registrar y legalizar una instalación solar fotovoltaica suele durar entre 2 y 3 meses, aunque, según la región, puede alargarse hasta los 5 o 6 meses.
Este proceso puede ser largo y llegar a resultar confuso para alguien sin experiencia en el sector. Por ese motivo, en Oxperta Energía realizamos proyectos llave en mano, lo que significa que nos encargamos del diseño, el material, la instalación y la legalización, para que no tengas que preocuparte de nada.
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